¡Hola soy Víctor y tengo 25 años!

Conocí a una mujer en una aplicación, le dije que me gustaba y le sugerí que nos conociéramos para ver qué pasaba después. La situación es que ella se enamoró de mí muy rápido y yo no. Ella me decía 'te amo' y a veces yo decía 'te amo' pero por compromiso. Llegué a sentirme presionado porque ella sentía y me decía cosas que yo todavía no sentía. Y por estos temas, llegó un momento en que me sentí asfixiado. Así que me sinceré con ella. Entre todas las cosas le dije cosas muy hirientes y rompí con ella.

Antes de continuar debo comentar un punto que puede ser importante. Nunca tuve una relación romántica real. Tengo dificultad para socializar y soy tímido. Por eso elijo conocer gente virtual. Le dije que nunca la conocería porque no me siento listo para dar ese gran paso y aun así accedió a estar conmigo.

Bueno, a finales del año pasado (2021) comencé a pensar en ella, imaginándola en mi mente, etc. Por diferentes situaciones ya sea al escuchar una canción o al ver a alguien con el parecido a ella. Por eso en diciembre después de varios meses la contacté para saber cómo estaba y me respondió cordialmente. Luego en Navidad y Año Nuevo nos saludamos. Y hasta entonces pensé que todo estaba bien por lo lindo que hablamos. A partir de aquí no tuve contacto con ella. Hasta que la idea de volver a estar con ella –enmendando esta vez mis errores, todo con buena onda y toda la vibra positiva–
comenzó a dar vueltas en mi cabeza
Me sentía diferente. La idea era tan fuerte que recurrí a leer artículos en Internet para saber si lo que estaba a punto de hacer era bueno o malo, también personalmente lo pensé muchas veces.

Y finalmente me decidí y comencé el mes de febrero enviándole un mensaje a ella, me contestó y noté que su comunicación ya no era tan cordial como la última vez que hablamos. Y ahí fue cuando empezó a contarme y a recordar todo el daño verbal que le hice la última vez. Básicamente se desquitó, desahogó, conmigo.

Yo había borrado el casete de lo que teníamos y lo que le hice y dije antes a ella. Me dijo cosas que no recordaba la verdad y que no podía creer que le había dicho cosas tan fuertes. Hasta el punto que me pareció que estaba hablando de otra persona. Pero la realidad es que todo lo que dijo era verdad y asumo la responsabilidad. Le dije que lo sentía, estaba arrepentido y que quería hacer las cosas bien esta vez, aprender a amar como ella, etc.

Finalmente, después de lo sucedido, me dijo que solo me iba a ofrecer su amistad y, yo siguiendo pensando en volver a tener una relación sentimental, le pregunté si en realidad solo íbamos a ser amigos o estaba dejando la puerta abierta al amor. y ella dijo que no, pero yo no la sentí segura. Es más en un momento le digo que no quiero su amistad y ella me dice que no me rinda y que haga que ella vuelva a confiar en mí dándome a entender de que podría pasar algo más.

Luego me pongo a pensar bien en este asunto si seguir con la idea de volver o irme definitivamente mejor. Fue allí donde me encontré con el dilema de escuchar mi corazón o hacerle caso a mi cabeza. Mi corazón me recordaba los buenos tiempos (porque hubo buenos recuerdos), hacer las cosas bien con ella esta vez, enamorarme, etc. La cabeza me hizo pensar de forma empática y racional. Y es que tener una relación a distancia sin futuro porque nunca nos veríamos sería dañino para los dos y más para ella porque muchas veces me decía que le gustaría tenerme a su lado y la entiendo. Incluso ella sabiendo eso me dice que no le importaba. Que ella le importaba más que yo esté con ella, que ella me amaba sin estar juntos alguna vez.

Entonces no sé si escuchar mi corazón o mi cabeza. Si mantenerme firme en la idea volver a retomar la relación a distancia o simplemente irme.