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¿Con quién me debo quedar?

Hace algunos meses conocí a Tiago, un tipo excéntrico, divertido, muy carismático y con mucho encanto. Comenzamos a salir seguido y empecé a sentir algo muy fuerte por él. Con él podía ser yo misma, además, nos gustaban las mismas cosas, veíamos la vida de manera similar y compartíamos algunas experiencias dolorosas que habíamos atravesado. Por todo eso y muchas cosas más, él era alguien idóneo para mi; nos complementábamos mutuamente, nunca me había sentido tan cómoda con nadie en mi vida, y sentía que sacábamos lo mejor del otro. Pero hubo un problema.
Un día, de la nada se puso extraño. Puso mucha distancia entre nosotros, y básicamente me trató como a una desconocida. Yo no entendía nada, estábamos más que bien, a punto de ser novios y justo ahora pasaba ésto. Intenté descubrir qué había pasado, pero csda vez que hablaba con él, parecía más cerrado. Después de eso no volví a escribirle, y por consiguiente dejamos de hablar un tiempo. Luego, cuando ya no podía más con la angustia y la impotencia de no saber qué estaba pasando, decidí enfrentarlo y le pregunté directamente qué quería de mí. Lo que él respondió fue, más o menos así:
"Me di cuenta de que no puedo ser fiel. Decidí dejarte de hablar para que las cosas se calmaran, y ver si podíamos seguir hablando, pero en plan, como amigos". A mí, naturalmente, eso me dolió un chingo. Mi respuesta fue que no sabía si podía ser su amiga, y que necesitaba tiempo. Y así fue, no volvimos a hablar en mucho tiempo.
Aquí viene la otra parte:
Durante el tiempo que estuve sin él, me sentía rota, sentía que no podía confiar en nadie, que todos me iban a defraudar, antes o después. Me decía a mí misma que no volviera a tener sentimientos hacia nadie, y que sólo disfrutara, sin detenerme a pensar siquiera remotamente en sentir algo real hacia alguien. Así que empecé a conocer chicos. Me topé con uno muy raro, pero ya rayando en lo espeluznante. Otro muy directo, con el que realmente hubo cero química. Y algunos otros que sólo eran caras lindas y ya. No conseguía encontrar a alguien con quien simplemente pasar el rato, pero que fuera, al menos, medianamente agradable... Y sobretodo, que me ayudara a olvidarme de Tiago. Y fue ahí donde conocí a Daniel. Simple, minimalista, atento, alegre, seguro y multifacético. Me sorprendió desde el inicio, es un músico con una aguda sensibilidad, una persona serena, desacelerada. Me "obligaba", por así decirlo, a ver el lado bueno de la vida. Además de eso, era apasionado, y nunca faltaban alagos por su parte. Me gustaba por encima de todo, su honestidad. Era una persona condenadamente honesta, decía las cosas como las pensaba. Y así poco a poco se fue ganando mi corazón, a pesar de lo distintos que éramos, él supo cómo tratarme para hacerme entender que me quería de verdad. Así que comenzó un romance bien cursi con Daniel, jsjajaja. Todo iba bien, hasta que tocó ponerle nombre a lo que éramos. La respuesta de Daniel no me convenció mucho: dijo que no le gustaba la palabra "novios", que prefería no ponerle nombre. Lo cual yo respeté, pero no puedo negar que me causaba cierta intriga saber el porqué. Todo fue progresando, cada vez me sentía más cerca de él, aunque a veces hacía cosas que me ponían a dudar: como que después de besarnos mucho tiempo, él se ponía un poco más serio, ya no tan cariñoso, y prácticamente me quería decir adiós rápido para poder irse. Ese tipo de cosas me hacían dudar de su sinceridad, me preguntaba si realmente era lo que decía ser. Pero seguí con él sin ponerle mucha atención a esas cosas. Un día después de que salí con mis amigas, al llegar a mi casa tenía un mensaje.

Era de Tiago, y decía
"Hola. ¿Podemos volver a hablar?".

Me dio de todo, se me revolvió el estómago y les juro que casi lloro. Jajajaja. Aunque suene algo patética mi reacción, la verdad es que me tomó por sorpresa. Todo en la vida esperaba excepto que él volviera a aparecer. Se suponía que no me quería, que yo no le importaba una mierda, y que estaba mejor sin mí. Hablamos un poco, pero nada muy personal ni exacto. Le pregunté por su vida, sus estudios, todo. Lo noté triste, se sentía solo. Eso me dolió y quise poder este ahi y apoyarlo, pero puse mi orgullo primero y no fui corriendo a ayudarlo. Hablábamos muy de vez en cuando, y siempre porque yo le escribía. Estaba preocupada por él, necesitaba saber que estaba bien.
Simultáneamente mi relación con Daniel se fortalecía, me sentía contenta, aunque aún con mis dudas y reservas.
Un día Tisgo me escribió, pero tenía una actitud distinta, una que hacía tiempo no veía. Por primera vez desde que dejamos de hablar, parecía que quería saber de mí genuinamente. Tanto así, que me invitó a su casa. Así que dije que sí. Me había planteado que él simplemente se sentía solo y quería mi compañía, y como lo quería, estaba dispuesta a estar ahí para él, aunque a su vez él lo estuviera haciendo de forma egoísta. Cuando lo vi, se veía distinto: más alto, más maduro. Llegué a su casa y todo cool. Escuchamos música, hablamos, comimos, nada raro. En ese momento nadie tocó el tema de lo sucedido entre nosotros dos, sólo estábamos pasando el rato y ya. Hasta que empezó a acercarse de forma sospechosa, y empecé a notar que algo pasaba...
No sé cómo, pero terminé abrazándolo con fuerza, mientras estábamos acostados en su cama, a pesar de lo obvio, yo quería seguir creyendo que lo hacía amistosamente. Mientras eso ocurría, me pidió perdón por lo que me hizo. Me explicó todo y porqué había tomado la decisión de alejarse, aunque luego se arrepintió. Siento que los dos sabemos que nadie en el mundo nos entiende tan bien como el otro. Somos jodidamente iguales, y a la vez muy distintos.

Intentaba controlarme, aunque sí me estaba muriendo por besarlo. Hasta que tuve su boca a centímetros de la mía, y mi acto reflejo fue mover la cara hacia otro lado. Pero la cosa no paró ahí. Fueron tantos intentos y tantos "no" de parte mía, que me preguntó si tenía novio. A lo cual respondí que no, pero sí dejé claro que estaba saliendo con alguien. Eso a él le valió madres. Me seguía acercando su maldita boca preciosa, y claro, yo soy humana, y después de un rato largo, terminé cediendo. Yo no dejaba de sentirme mal y no podía parar de recordar a Daniel, pero a la vez, eso era algo que había deseado desde el momento en que Tiago se alejó. Pasaron muchas cosas, una cosa llevó a la otra... Pero antes de que se consumara el acto final xD, se me dio por preguntarle si era vírgen todavía (como yo), y me dijo que no. Obviamente ahí se me rompió el cora como por décimo sexta vez. Me levanté, me vestí y entré al baño. Cuando salí él estaba mirando hacia la nada, lo cual me inquietó, y para no hacerlo incómodo me reí y lo empujé un poco, con amabilidad. Él sonrió, y tras eso, me acompañó a tomar el transporte para irme a mi casa. En el camino nos pusimos a hablar de lo ocurrido, lo único que él hacía era pedirme perdón, y yo decirle que todo estaba bien, aunque no era así. Me dijo que quería ser mejor, hacer las cosas bien esta vez, que quería estar conmigo y etcétera. A lo que le respondí: "sí, sé un buen amigo". Al final, antes de irme me dijo "Suerte con Daniel", y yo no pude evitarlo, lo besé, pero él se quedó quieto. Me dio otro beso en la mejilla, y se fue.

Entenderán que ahora me estoy sintiendo como una basura, por todo. Sí, Daniel no es mi novio, porque él mismo no lo quiso así... Pero aún así siento que le fallé. Y con Tiago... Yo siento que él es perfecto para mi, francamente, pero hay demasiadas cosas en contra. No sé qué hacer, ¿me quedo con el que sé que voy a ser feliz, porque es perfecto para mí, pero puede que también sufra mucho... o, con Daniel que me ayudó cuando estaba mal, pero con quien sé que nunca podré tener la relación y la afinidad que tengo con Tiago? Cualquier consejo lo apreciaría mucho.
20 SET 193 veces Categoria: Consejos de Amor

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