Es frustrante la sensación de no poder expresar lo que se piensa. Siempre fui directo, todos los giros que aparentan dar las explicaciones o lo que expreso se deben a que mis ideas siempre estuvieron turbias. Nunca supe en claro qué quiero, o cómo conseguirlo. Nunca supe, lamentablemente, expresar lo que siento. Ni pretendo que eso cambie. Pero esas complicaciones que siempre se me plantearon, esta sensación las sobrepasa; tal vez sea el agobiante día que no se decide entre el frío y el calor; quizá el estudio, el cansancio, el dolor de cabeza (que no es de por sí un dolor exactamente, más bien la siento vacía). A pesar de no saber a qué se debe la imposibilidad de sacar palabras adecuadas para cada expresión que escribo, intentaré ser lo más detallista y certero posible:
Nuestra relación fue preciosa, como espantosa. Feliz como sofocante. Triste como llevadera. Sin conocernos mucho (ahora que lo pienso fue una locura, una imprudencia), comenzamos a salir. Fue después del año, que definitivamente terminamos. Semanas después volvimos a hablar, te di mi apoyo en un problema que habías tenido, de poca importancia para la historia. El punto es que ahora, después de que hayas terminado con otra persona, ambos sentimos ganas de volver, ¿Pero es así? ¿Queremos volver?.
Estás buscando amor, y yo te amo, y vos a mí. Buscás companía, y yo soy tu compañero incansable, vos estás también cuando lo necesito. Pero, ¿Qué más buscás? Yo busco pasión, vos tranquilidad de pareja. Cómo administrar el tiempo, la vida.
Mil veces me repito que quiero estar con vos porque te amo y vos a mí. Porque me hiciste feliz, y quiero que lo hagas. Mil veces me recuerdo que antes de estar siquiera un mes juntos, me habías engañado. Mil veces recuerdo aquel 12 de mayo en el que me rogaste que no terminaramos, luego de haber descubierto otra especie de engaño. Mil veces reitero que en los meses que siguieron te traté como a una "esclava", te denigré. Otras mil veces insisto en que luego volviste a revolcarte con otro. Mientras yo esperaba que volvieras. Pero pensamiento tras pensamiento, vuelvo a recordar que cuando me enteré intenté chantajearte, convertirte otra vez en una esclava. Parecía que lo habíamos superado, pero entre peleas y reconciliaciones quedaron huellas, nuestras familias y amigos predijeron que estaba próximo el fin. Nosotros seguimos, superamos el año, pasamos tu cumpleaños juntos, viniste al mío, y en medio pasamos una especie de vacaciones. Me enteré que durante el tiempo que no estábamos juntos hablabas con otro. Le decías cosas que hace mucho no me decías a mí. Y así, así fue cómo terminamos. Lastimados los dos. Causa-consecuencia. Ambos inocentes, ambos culpables, ambos amados y odiados por el otro.
Sinceramente no sé qué elección tomar. Precisamente, quiero estar con vos. Pero, ¿Si vuelve a pasar? ¿Cómo confiar en vos? ¿Cómo confiar en mí? Quiero estar con vos. No quiero lastimarnos. ¿Vale la pena el riesgo?
Estaría necesitando ayuda, consejos.